A esta altura (y un poco corriendo para poder empezar con el
módulo 4), leí las rúbricas de Alfredo, Javier y Adriana… Veo que fuimos
apuntando a las mismas cosas a veces desde diferentes lugares… tiempo de espera
vs temperatura de platos; cómo se organiza el grupo, etc.
Y que también apuntamos a cosas diferentes, quizás por la
formación, o quizás por las subjetividades… Evaluamos la preparación de un menú…
o sea… qué esperaría yo como comensal, como organizador, como participante…
Por mi parte, lo primero que definí fue el contexto del
trabajo de esos alumnos… qué es lo que ya habían hecho, qué se les pedía que
hicieran en ese momento… y como se plasmaba todo eso en el trabajo a evaluar.
Quisiera preguntarle a mis compañeros, qué encuadre imaginaron para construir
la rúbrica.
Alfredo organizó una escala ascendente y el resto descendente.
Alfredo y Javier explicitaron la escala cualitativa (bueno,
excelente, malo, regular, etc). Adriana y yo nos quedamos en simples números
que, seguro tienen significancia para nosotras, pero no terminan de ser tan
claras para el resto.
No puedo dejar de pensar en la importancia del trabajo
colaborativo. Tal vez cada uno imaginó diferentes encuadres, y apuntó a
diferentes cosas… puedo enriquecer mi trabajo a través de esto.
Así que, cuando quieran… algunos pueden cocinar… todos
podemos comer… Y, como siempre, hablar,
debatir, enriquecer, construir, y sobre todo… seguir pensando!
Cariños!
Caro
Hola Carolina!
ResponderEliminarCoincido con vos con respecto a la importancia del trabajo colaborativo, o "compartido", en cuanto a la riqueza de aprendizaje que genera.
Realmente leer las rúbricas de Alfredo, María y tuya, multiplicaron los criterios de evaluación de los procesos de elaboración del menú.
Gracias por compartirlo!
Yo también corriendo, con poco tiempo, pero aprendiendo mucho, descubriendo cosas nuevas para mejorar nuestras prácticas evaluativas!
Besos!
Laura